Conín, el comerciante otomí que murió como noble español

Fernando de Tapia, quien es considerado el fundador de Querétaro, antes de convertirse en un “noble español” tuvo que pasar por un proceso no tan agradable y perder gran parte de sus creencias. Este personaje también es conocido como “Conín. 

Originario de la provincia de Jilotepec, Conín se encargaba de intercambiar mercancía con los chichimecas de la zona de La Cañada, esto pese a que la relación entre los otomíes y los chichimecas no era muy buena. 

Como todo un hombre de negocios y con una increíble habilidad de convencimiento, este mítico personaje sabía hacer amistades y sobretodo, colegas, sin embargo conforme la conquista de los españoles fue avanzado, este se vio obligado a huir a La Cañada, donde se refugió. 

A este lugar llegó el conquistador Hernán Pérez de Bocanegra, en donde obligó a Conín a reconocerlo y aceptar sus mandatos; a partir de este momento, comenzó a ser conocido como Fernado de Tapia y se unió al cristianismo. 

Esta alianza molestó a los chichimecas y a los nativos de la zona, por lo que intentaron atentar en su contra, sin embargo no lo lograron debido a su capacidad de convencimiento, que permitió que algunos de ellos incluso se sometieran a la corona española y se bautizaran como cristianos. 

Con un poco más de poder, el ahora bautizado como Fernando de Tapia, comenzó a conquistar otras zonas e incluso solicitó a la Real Audiencia fundar un pueblo, que se convertiría en Querétaro. 

De ser un comerciante de telas y sal, Conín logró conquistar a los chichimecas y obtuvo grandes terrenos al ganarse el título de gobernador, muriendo entonces como un “noble español”.

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