La monarquía que le hizo perder territorio a México
Un 1 de julio de 1823, en el Congreso de las Provincias Unidas de Centro América, efectuado en Guatemala, Nicaragua y la provincia antes mencionada deciden separarse de México, esto después de adherirse el 5 de enero de 1822.
Dicho tratado fue realizado una vez que la Independencia de México había sido consumada, cuando la Junta Provisional de Gobierno fue instalada, la cual nombro una regencia que estuvo encabezada por Agustín de Iturbide.
Ante esto, Guatemala convocó a la formación de la Capitanía General de Centroamérica, en donde se agregaron Nicaragua, Honduras, Chiapas y Quetzaltenango.
Por esta situación, Iturbide decidió mandar a Vicente Filisola para unirse al país si así lo deciden, una vez que se obtienen los votos, todos comienzan a ser parte de México a excepción de San Salvador.
Aunque la alianza parecía estar en buenas manos, Iturbide es declarado emperador, situación que no les parece a las provincias centroamericanas.
En febrero de 1823, Santa Anna se revela contra Iturbide, por lo que Filisola convoca por su cuenta al Congreso de Provincia Unidas de Centroamérica, donde ocurre la separación.
Mientras tanto, en México, el ministro Lucas Alemán, presenta ante el Congreso Nacional, el acuerdo para retirar las tropas mexicanas.
“Que siendo libre el pueblo de Guatemala para constituirse de la manera que le sea más conveniente a sus intereses y que crea más propio para promover su felicidad, se retiren de su territorio las tropas mexicanas destinadas a él, a las órdenes del brigadier Filisola”.
Muchos diputados se opusieron a la propuesta de Alamán, quien defendió su proyecto exponiendo la necesidad de que México no hiciese el papel que había hecho España de negar la libertad a los pueblos americanos.
Finalmente, el 20 de agosto de 1824, el Congreso Mexicano reconocerá formalmente la Independencia de las Provincias Unidas de Centroamérica.
El primer embajador de México en Guatemala fue nombrado en 1831 por Alamán y sería Manuel Díaz de la Bonilla.