La Voz del Poder
Petardazos en Morena. Con la proximidad del inicio del proceso electoral ya todo mundo empieza a levantar la mano. En los días que antecedieron surgió el nombre de la “gran” influencer, Patricia González Miranda, quien suspira por ser candidata a la alcaldía capitalina. ¿No la conoce? Seguramente no, pero hasta hace poco el hombre detrás de La Cruda Verdad, Alejandro Olvera, descubrió que le gustaba pilotar desde la delegación federal de SEGOB. Se armó tremendo escándalo al grado de que terminó renunciando. En efecto: le gustaba la aviación, y antes de que el asunto creciera (más), mejor decidió salir por la puerta de atrás. Ese es el tipo de cartas que andan querendonas en Morena. Le apuesta a que un “arrastre” de la elección presidencial le pueda beneficiar, pero se antoja harto difícil. El historial cuenta mucho.
Escolásticas. Tema obligado y del que ya se ha gastado mucha pluma. Un lío entre privados por tierras derivó en una trifulca el pasado 13 de junio con los resultados que ya se conocen: lesionados y detenidos. Lo que ya es absolutamente vomitivo es que las morusas de Gilberto Herrera, entiéndase gente como Irma Monroy y Luis Adrián Moreno Mendoza, se quieran trepar hasta en las nubes con tal de sacar algún provecho. Incluso armaron una manifestación para pedir la liberación de los “presos políticos” (sí, esos que bloquearon calles de Escolásticas, dañaron vehículos oficiales, retuvieron ilegalmente a servidores públicos y lesionaron a policías). Ajá, presos políticos. Hacen una “fiesta” por 5 mil pesos mensuales que paga el senador; por 6 mil se hubieran desnudado en plaza de armas. Y lo penoso: la familia de una de las detenidas terminó por desentenderse de la manifestación que armaron los esbirros de Herrera. Dicen que el exrector anda tristón y desesperado, sobre todo porque la designación de la candidatura al senado será Verde, motivo por el que está acariciando la tierra de Sosa, a ver si allá pega.
Pedro Escobedo. No sale de una cuando ya está en otra. El municipio de Pedro Escobedo hace tiempo que no daba tanta nota: desde policías que atropellaron a muchachos que viajaban en una moto hasta invasiones de terrenos propiedad privada. La gota que derramó el vaso fue cuando anduvo coqueteando con la idea de promover a su esposa. El desaseo de la gestión ha sido tan dramático que sus acciones ya salpicaron a los de arriba, cosa que no ha gustado en el corazón de la ciudad donde lo han dejado de recibir (dicen). Su voracidad puede trastocar un proyecto (dicen). Una frenada en seco necesita (dicen).
Apagones. ¿Ya le tocó el tema de falta de luz? El asunto ha escalado al grado de que el 17 de junio el mismísimo Manuel Bartlett, a través de redes sociales, compartió un comunicado de la CFE que se resume en dos cosas: tenemos capacidad para dotar de energía durante el verano, y que están operando con condiciones normales en el país ¿Normales? La gente ya no sabe ni con quién quejarse. En redes sociales siempre les contesta un robot y en el 071 a veces no responden y otras más tampoco. La CFE es como una entelequia en la que no se sabe quién es el responsable de la región porque “siempre anda en otros estados”. ¿Sí sabrá el superintendente de la CFE, Julio César Oropeza Ferrer, el ánimo social que hay por sus reiteradas fallas en el servicio? Es una bomba de tiempo, ingeniero