San Marino: el país más antiguo del mundo
San Marino, un pequeño estado enclavado dentro de los Apeninos italianos, no es solo un país pequeño, sino curiosamente es el país más antiguo del mundo. Según la definición actual de la Real Academia Española de «Territorio, con características geográficas y culturales propias, que puede constituir una entidad política dentro de un Estado», San Marino es reconocido como el país soberano más antiguo del mundo.
Fue fundado en el año 301 de la Era Común por San Marino diácono, quien huía de la persecución contra los cristianos, creando así un pequeño oasis seguro con su propia iglesia y atrayendo a otras personas que buscaban refugio.
Pese a su pequeño tamaño, San Marino nunca perdió su independencia y, sorprendentemente, su constitución, escrita en 1600, es la más antigua del mundo que aún se encuentra en vigor; ocupó la atención del mundo cuando fue ocupado por el ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial, pero San Marino logró liberarse y preservar su independencia.
Aunque su superficie no supera los 61 kilómetros cuadrados, esta pequeña república parlamentaria está dividida en nueve municipalidades y utiliza el euro como moneda oficial. Su idioma oficial es el italiano, y aunque no es parte de la Unión Europea, tiene relaciones amistosas con diferentes países y depende significativamente del turismo como fuente de ingresos.
El hecho de que San Marino sea el país más antiguo del mundo es un motivo de orgullo para sus 33 mil habitantes, quienes disfrutan de un lugar turístico poco conocido pero que, gracias a su rica historia, atrae a muchos visitantes. La república libre de San Marino es una de las naciones más exclusivas en todo el mundo, no solo por su antigüedad, sino por su capacidad para preservar su independencia a través de siglos de historia.