La historia detrás de la casa de La Marquesa
Las calles de Querétaro siempre han contado historias, principalmente por sus viejas casonas, que guardan sonidos desde hace años y que continúan siendo recordados hasta la fecha.
Tal es el caso de la casa de La Marquesa, ubicada en la calle de Madero con una de las fechadas más vistosas del Centro Histórico y ganó una declaración por parte de la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad en 1996.
La casa le perteneció a doña Paula Guerrero y Dávila, quien era esposa del Marqués De la Villa del Villar de Águila, don Juan Antonio Urrutia y Arana.
La historia dice que este fue un regalo por parte de el marqués a su esposa, sin embargo hay quienes aseguran que en realidad fue hecha para él.
Como todos conocemos la historia, el Marqués estaba enamorado de una monja, pero al ser un amor imposible, este se conformaba con verla de lejos; razón por la que decidió mandar a construir una casa frente al templo a donde Sor Marcela pertenecía.
A pesar de esto, dicen que el Marqués no vivía con su esposa, sino a unas cuadras de ella, por lo que esta teoría quizá no sea tan cierta como se piensa.
Un dato curioso es que se dice que este mismo realizó la construcción del acueducto en honor a su amada.