Origen del chile en nogada


El chile en nogada, uno de los platillos más emblemáticos de la gastronomía mexicana, tiene raíces profundas en la historia y la fusión cultural. Su historia se remonta al convento de Santa Mónica en Puebla, fundado 10 años después de la conquista española. Este convento, habitado por españoles que buscaban trabajar con sus propias manos sin molestar a los indígenas, se convirtió en un crisol de productos importados de España.

Uno de los ingredientes clave en la creación del chile en nogada es el chile poblano, que tiene un origen interesante. Fue creado en España a partir de la combinación de semillas de chilaca traídas de México y pimiento africano. Así nació el «chile pimiento americano», como lo llamaban los españoles. La semilla llegó a México y se cultivó en Tehuacán, Puebla, dando origen al chile poblano.

La historia de este platillo continúa con la influencia del estilo barroco, que se caracterizaba por la exuberancia y la ornamentación en todas las formas de arte y vida. Los españoles rellenaban y capeaban los chiles, y esto se convirtió en una tradición en el siglo XVII.

El chile en nogada, en su forma original, era un postre relleno de frutas de temporada y frutas cristalinas, todo bañado en una deliciosa nogada a base de leche y nuez de Castilla. Gran parte de sus ingredientes, como peras, manzanas, duraznos, chile poblano y nuez de Castilla, fueron traídos de España. Las frutas y nueces de Castilla se cultivaban en Calpan y Huetjotzingo, Puebla, a las faldas del volcán Popocatépetl.

Este platillo adquirió relevancia histórica cuando se sirvió el 2 de agosto de 1821 a Agustín de Iturbide, como parte de una comida de 16 tiempos en la casa del obispo. Fue un gesto de honor para el caudillo que había contribuido a desterrar a los españoles de Puebla.

Las monjas de Santa Mónica adaptaron la decoración del platillo para reflejar la bandera del ejército trigarante, con colores verdes, blancos y rojos representados por perejil, granada y nogada.

A lo largo del tiempo, el chile en nogada evolucionó y se le agregaron carne de cerdo y luego carne de res. Se convirtió en el platillo que conocemos hoy en día: un chile poblano relleno de carne molida de res y cerdo, acompañado de frutas de temporada como peras, manzanas, duraznos y plátano macho.

Con ingredientes españoles y un origen en el siglo XVII, el chile en nogada es un auténtico tesoro de la gastronomía poblana.

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