Buque de guerra de EE. UU. derriba misiles y drones dirigidos desde Yemen hacia el Norte
Un buque de guerra de la Armada de Estados Unidos derribó el jueves tres misiles que habían sido disparados desde Yemen y se dirigían hacia el norte, así informaron funcionarios estadounidenses. El USS Carney, un destructor de la Armada, se encontraba en el Mar Rojo y logró interceptar los tres misiles. Además, el Pentágono anunció que también destruyó varios drones en el mismo incidente.
Este incidente se produce en medio de las crecientes tensiones en Oriente Próximo debido a la guerra entre Israel y el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).
Los funcionarios que proporcionaron esta información lo hicieron bajo condición de anonimato debido a la naturaleza de las operaciones militares aún no anunciadas.
Se cree que los misiles derribados son R-11, también conocidos como SCUD, un misil balístico táctico soviético desarrollado durante la Guerra Fría y exportado en grandes cantidades a otros países.
Los rebeldes hutíes respaldados por Irán han expresado su apoyo a los palestinos y han amenazado a Israel. La semana pasada, en Sanaa, Yemen, que está bajo control de los rebeldes hutíes y en guerra con una coalición liderada por Arabia Saudita, los manifestantes salieron a las calles ondeando banderas de Yemen y Palestina. El lema de los rebeldes ha sido durante mucho tiempo: «Dios es el más grande; Muerte a América; Muerte a Israel; maldición de los judíos; victoria para el Islam».
La semana pasada, Abdel-Malek al-Houthi, líder del grupo rebelde, advirtió a Estados Unidos que no interviniera en el conflicto en curso entre Israel y Hamás, amenazando con represalias mediante el uso de drones y misiles.
El ataque de Hamás del 7 de octubre ha dejado un saldo de más de 1.400 israelíes muertos, y el conflicto amenaza con extenderse por todo el Medio Oriente.
En la frontera norte de Israel, el Ejército se enfrenta a un grupo miliciano en Líbano. En Irak y Yemen, grupos armados han amenazado a Israel y a Estados Unidos, su principal aliado. El jueves, Israel lanzó dos ataques aéreos contra dos de los principales aeropuertos de Siria.
Mientras el Ejército israelí se prepara para una posible invasión terrestre de la Franja de Gaza, el conflicto que se desencadenó desde Gaza se está convirtiendo en una potencial pesadilla para toda la región, ya que amenaza con desestabilizar no solo a Israel y los territorios palestinos, sino también a Egipto, Irak, Jordania y Líbano.
Las autoridades estadounidenses han reforzado su apoyo a Israel, y el presidente Joe Biden ha defendido el «derecho a responder» de Israel.
Según analistas, el estallido de la guerra y el ataque de Hamás, el más grande que ha sufrido Israel en décadas, no solo representan un desafío para el gobierno de Biden, que recientemente había destacado sus éxitos en la gestión de las crisis en el Medio Oriente, sino que también son un revés importante para las ricas potencias petroleras de Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, que habían prometido reducir las tensiones regionales en los últimos años y enfocarse en el desarrollo interno.