El Agujero del Diablo: una misteriosa leyenda de Querétaro
Querétaro, uno de los estados más ricos en historia y cultura de México, caracterizado por su belleza y la abundancia de sus Pueblos Mágicos. En esta tierra árida y de tradiciones arraigadas, la riqueza de sus leyendas se fusiona con la misteriosa esencia que envuelve cada rincón.
En cada uno de estos pintorescos lugares, los habitantes cuentan historias que han perdurado a lo largo de generaciones. Algunas de estas leyendas tienen el poder de erizar la piel y transportarnos a un mundo donde lo sobrenatural se cruza con la realidad cotidiana. ¿Estás listo para adentrarte en el intrigante universo de las leyendas queretanas? Aquí te contamos sobre El agujero del Diablo
Hace muchos años, en el Templo de San Francisco, un grupo de jóvenes seminaristas se preparaba para abrazar el sacerdocio. Sin embargo, un día, uno de ellos experimentó un evento inusual mientras oraba: una hermosa mujer le sonrió. Alarmado, el joven corrió a contar al párroco lo que había visto.
A lo que éste le respondió asegurándole que esto era un intento del «Demonio» por desviarle de su vocación religiosa y le aconsejó rezar en su claustro. Siguiendo el consejo, el seminarista oró en aislamiento, y la aparición no se volvió a manifestar durante mucho tiempo.
Hasta que una noche, los gritos del joven despertaron a sus compañeros de seminario. Los alaridos eran tan aterradores que intentaron abrir la puerta sin éxito. Mientras tanto, en el claustro, el joven se encontraba junto a la misteriosa mujer, que ahora se había transformado en Lucifer.
El joven agarró una Biblia con su mano derecha y un rosario de madera regalado por su abuela con la izquierda. Las oraciones de él y sus compañeros hicieron que el demonio retrocediera gradualmente hasta que finalmente decidió abandonar la habitación.
Poco después, se escuchó un estruendo ensordecedor y la puerta finalmente se abrió. Nadie podía creer lo que había ocurrido. En el techo, se encontraba un gran agujero negro, que luego se conoció como el «Agujero del Diablo».