La historia de Harvey Robinson: el joven convertido en uno de los asesinos seriales más temidos
Harvey Robinson, a primera vista, parecía un joven adorable, dedicado a sus estudios, pero detrás de esa fachada se ocultaba uno de los criminales más escalofriantes de los años 90 en Estados Unidos. Sus crímenes, que incluyen abusos sexuales a menores, revelan una mente retorcida que aterrorizó a una ciudad entera.
Robinson nació en 1974 en Allentown, Pensilvania, en un hogar marcado por la violencia. Su padre, músico de jazz, era alcohólico y violento, lo que impactó profundamente en la vida del joven. A pesar de que su madre se alejó de su padre abusivo, el comportamiento delictivo de este influenció de manera significativa al niño de tres años.
Durante su infancia, Robinson destacaba por su carácter amable y habilidades, pero a los nueve años su personalidad dio un giro notable. Comenzó a desafiar la autoridad, mostró comportamientos rebeldes y fue arrestado múltiples veces por robo y resistencia a la autoridad.
A los 18 años, su escalada criminal inició con el brutal asesinato de Joan Burghardt, seguido por el crimen de Charlotte Schmoyer, una adolescente de 15 años. En ambos casos, abusó sexualmente de las víctimas y las mató de forma atroz.
El punto de inflexión llegó cuando intentó agredir sexualmente a una mujer, pero esta logró defenderse y alertar a la Policía. En un enfrentamiento armado con un oficial, Robinson resultó herido y finalmente fue detenido.
Las pruebas de ADN lo vincularon con los crímenes, llevándolo a enfrentar un juicio donde inicialmente fue condenado a muerte por tres de los asesinatos. Sin embargo, años después, dos de estas sentencias fueron reemplazadas por cadena perpetua.
Hasta la fecha, Robinson permanece tras las rejas en una prisión de Pensilvania, esperando el cumplimiento de su sentencia. Su historia, marcada por la violencia, los crímenes atroces y el sufrimiento que causó, lo posiciona como uno de los criminales más aterradores de la historia reciente.