Activistas le tiran sopa a la Mona Lisa en París
Leonardo da Vinci es uno de los artistas más sobresalientes del siglo XVI, teniendo obras reconocidas a su nombre como “Salvator Mundi”, “la virgen de las rocas”, “la última cena” y por supuesto la “Mona Lisa”.
Y aunque este reconocido cuatro se encuentra con una de las protecciones más altas en el mundo del arte, recibe ataques desde los años 50, el museo parisino de Louvre, decidió colocarla detrás de un panel de cristal de seguridad después de que un visitante le arrojara ácido.
Tras varios atentados, esta vez resucitó que dos mujeres pertenecientes a al grupo “Rispote Alimentaire” -o lo que sería en español Contraataque alimentario- se manifestaran al aventar sopa al vidrio antibalas que protege a la “Gioconda”.
Las razones de su manifestación fue a la exigencia del derecho a una alimentación sostenible y sana; tras el hecho, las dos mujeres pusieron sus espaldas contra el muro donde esta exhibido el cuadro, después de unos momentos, una tela negra cubrió la escena y las mujeres fueron arrestadas.
La fiscalía declaró que las activistas fueron acusadas de entrar en la zona segura que rodea a la obra y atentar contra la misma, lo que conllevaría a una multa de hasta 1,500 euros o más de 20 mil pesos mexicanos.
El museo de Louvre puntualizó que la pintura no sufrió daño alguno y que las mujeres habían logrado introducir la sopa de calabaza en un termo.
Esto ocurre después de que en el 2022 la Mona Lisa fuera atacada con un pastel en contra del vidrio que se encuentra delante de ella, debido a una serie de protestas que involucraban intervenir obras de arte; en 2009, una mujer rusa atacó el cuadro con una taza de cerámica que obtuvo de la tienda del museo, esto ocurrió después de que se le negara la ciudadanía.
En el ´74, un visita que tuvo la Gioconda al Museo Nacional del Tokio, una mujer le aventó pintura roja debido a que se le negaba la entrada a personas con discapacidad; como mencionamos antes, en 1956 fue dañada por ácido además de que un sujeto arrojó una piedra, en días completamente diferentes.
Uno de los caso más recordados fue su robo en 1911, cuando un trabajador del museo se escabulló con ella al baño del lugar esperando a que todos se fueran, al hurtarla la vendió y fue recuperada dos años después.