Adelitas: Mujeres guerreras que forjaron la historia de la Revolución Mexicana
Las Adelitas, conocidas como soldaderas, desempeñaron un papel fundamental en la lucha por los derechos de los campesinos durante la Revolución Mexicana de 1910 a 1917. Madres, hijas, hermanas, esposas y amantes abandonaron todo para acompañar a los hombres en la lucha, desempeñando roles cruciales en los ejércitos revolucionarios.
Estas mujeres valientes no solo abastecieron de armas y alimentos a los combatientes, sino que también actuaron como espías, enfermeras y luchadoras por la igualdad de género. Su participación contribuyó significativamente a la obtención de la victoria en la lucha por los derechos de los trabajadores y la equidad de género.
A pesar de su importancia histórica, durante mucho tiempo la historia de las Adelitas permaneció en la sombra, oscurecida por relatos masculinos y representaciones superficiales en la cultura popular. Elena Poniatowska destaca su papel crucial, afirmando que «sin ellas no hay Revolución Mexicana».
El término «adelita» se refiere específicamente a las enfermeras revolucionarias, siendo Adela Velarde Pérez la primera adelita conocida. Velarde se unió a la Cruz Blanca Constitucionalista a los 14 años, atendiendo a los heridos y participando activamente en la lucha contra la Usurpación Huertista.
A pesar de su contribución, Velarde permaneció en el anonimato durante años y solo en 1963 se le concedió una pensión como veterana de la Revolución. Su legado perdura, recordándola como un símbolo de valentía y lucha por la justicia, con sus restos descansando en el cementerio de San Felipe en Del Río, Texas.