Argelia Marroquín, la restauradora de Niños Dios de Querétaro

Ubicado en el centro de Querétaro, en la calle Allende a pocos metros de Zaragoza, se encuentra el negocio de Argelia Marroquín, una de las pocas, quizá la única, restauradora de figuras religiosas o Niños Dios en Querétaro.

Dedicada desde hace 28 años a este oficio, Argelia reconoce que fue gracias a la demanda de sus clientes que se vio en la necesidad de aprender a restaurar niños Dios y figuras del nacimiento, sin embargo, fue con la ayuda de un artesano que conoció fortuitamente que consiguió especializarse en la materia que hoy le brinda el sustento económico para salir adelante ella y su familia, quienes por cierto, algunos de ellos, colaboran con ella en su taller del Centro Histórico de Querétaro.

“En aquel tiempo teníamos las imágenes religiosas, nacimientos y poquitos niños Dios, y había personas que llegaban y me preguntaban que si no reparaba a los niños, bueno, restauraba que es la palabra correcta, que le hace falta un dedito, entonces nosotros lo que hacíamos era pues no, no sé, yo no tengo cómo restaurarle ahorita, pero déjeme ver cómo le podemos hacer”, relata Argelia, mientras muestra uno a uno los niños que unas horas más tarde entregará para la bendición que se realiza en los diferentes templos católicos de la ciudad.

Una de las peculiaridades de su labor está en el valor que cada dueño o dueña de la figura de Niño Dios le adjudica, y es que, dice Argelia, que estas representaciones suelen ser heredadas de generación en generación, convirtiéndose así en reliquias familiares.

“Fallece esa personita, el abuelo y todo y se lo deja, bueno, alguien adquiere esa imagen y de ahí vienen de generación en generación esos niños y no se quieren deshacer de ellas, porque les recuerda a su abuelita o por este… cómo se puede decir, reliquias en la familia”, menciona.

En cuanto a su negocio, Argelia hace toda clase de reparaciones, desde una manita, un dedo, roturas o simplemente un retoque de pintura, unos más difíciles que otros. “Los dedos intermedios, si lo hacemos así manualmente, los dedos intermedios, muchísimo trabajo, porque tenemos que darle, fijarlos, meterle base y todo eso trabajar es un poco difícil”, dice.

El amor a lo que hace y la calidad que ha ido elevándose con los años y destreza que ha desarrollado, la han convertido en maestra de su oficio.

“Muchos, hay niñitos que vienen muy dañados y tenemos que irlos haciendo poquito a poco, pegarlos y sí, hasta que ya lo vemos hermoso, ya bien terminado, a mi me alimenta mucho, me gusta mucho mi trabajo”, expresó orgullosa.

Ahora, Argelia enseña poco a poco a su hija en este oficio que le ha brindado arropo a su familia, pues en la actualidad podría ser el único lugar que restaura esta clase de imágenes en Querétaro, situación que no le detiene, molesta o le preocupa pues, afirma con seguridad, que su calidad le es reconocida restauración a restauración.

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