El Día de Todos los Santos y la celebración del Día de Muertos en México
El Día de los Muertos es una de las festividades más significativas para los mexicanos, una celebración en la que honramos a los seres queridos que han partido al más allá, creyendo que regresan a casa para convivir y compartir una comida con nosotros una vez más.
Aunque los días más destacados de esta celebración son el 1 y 2 de noviembre, desde el 28 de octubre se cree que las almas regresan al plano terrenal. Este día se dedica a los fallecidos en circunstancias trágicas, como la violencia o los accidentes, mientras que el 30 y 31 de octubre son días dedicados a los niños que fallecieron sin ser bautizados.
El 1 de noviembre, designado por el calendario católico como el Día de Todos los Santos, se dedica a los niños y las almas chiquitas, mientras que el 2 de noviembre, conocido como el Día de los Muertos, se centra en los adultos.
el Día de Todos los Santos, una celebración con profundas raíces históricas. Aunque sus orígenes precisos son inciertos, se remontan al Edicto de Milán en el año 313, que marcó la legitimación del cristianismo en el Imperio Romano. Desde entonces, se han celebrado festividades en honor a los santos en diversos lugares y fechas.
En un momento, estas festividades tenían lugar en fechas variables, como el 13 de mayo en Edesa, actualmente en Turquía, o el primer domingo después de Pentecostés en Occidente. La necesidad de honrar a los numerosos mártires que sufrieron persecuciones, como la Gran Persecución bajo el emperador Diocleciano, llevó a la creación de una festividad común.
La fecha del 1 de noviembre como el Día de Todos los Santos se consolidó gracias al Papa Gregorio III, quien dedicó una capilla en la Basílica de San Pedro en Roma en honor a Todos los Santos. Posteriormente, el Papa Gregorio IV oficializó el 1 de noviembre como la Fiesta de Todos los Santos en el año 835. Se cree que esta elección pudo haber tenido la intención de superponerse a una festividad pagana que ocurría en esa fecha, Halloween.