El Niño Prodigio: El Misterio de la Telequinesis en los Años Treinta
El caso de Joaquín Velázquez, conocido como el «Niño Prodigio», fue un misterio para la iglesia y la policía en la década de los treinta. Su poder sobrenatural de telequinesis fue atestiguado por un par de reporteros del periódico La Prensa. Durante los primeros días de mayo de 1983, los reporteros Guillermo Gil y Miguel Casasola se adentraron en la colonia Portales en busca de información sobre el niño con telequinesis.
La madre del niño fue quien recibió a los reporteros en su humilde vivienda. Relató cómo el niño tenía el poder de mover objetos con su mente y mencionó algunos eventos en los que había utilizado este poder, como una lluvia de piedras contra una vecina que insultaba a su madre y la atracción de monedas necesarias para realizar compras.
La madre también compartió que el niño dejaba un desorden caótico a su paso debido a su extraño poder. Incluso llegó a pedir protección policial para protegerse de agresiones antes de darse cuenta de que el responsable era su propio hijo. La familia buscó la ayuda de las autoridades civiles y la iglesia, ya que creían que solo existían cuatro casos similares en el mundo.
Guillermo Gil y Miguel Casasola, conscientes de que tenían frente a ellos a un verdadero fenómeno, entrevistaron al niño Joaquín. Aunque interrumpido constantemente por su madre, Joaquín respondió de manera breve a las preguntas. Afirmó que a veces pensaba que las cosas caían, pero negó sentir alguna reacción física al mover los objetos.
Los reporteros y los vecinos presenciaron algunos actos «milagrosos» del niño, como una lluvia de piedras sobre el tejado mientras Casasola fotografiaba los trastes en el suelo. Joaquín también hizo volar el sombrero del reportero hasta caer a sus pies.
Guillermo Gil cerró su reportaje asombrado y aseguró a los lectores que todo lo relatado era cierto. Reflexionó sobre cómo el niño vivía en una era de progreso, ya que si estuviera en la época de la Inquisición, habría sido perseguido.
Sin duda, la noticia se difundió por todo México y muchas personas acudieron a la casa del niño en busca de ayuda con temas de brujería, aunque esto no tenía nada que ver con las habilidades del menor. A pesar de eso, México puede afirmar que hubo un niño capaz de mover objetos con su mente, algo nunca antes visto en el país y en todo el mundo.
La telequinesis, el poder de mover objetos con la mente, ha sido documentada en otros casos, como el de Nina Kulagina en Rusia. Aunque desafía las reglas de la física, existen técnicas y estudios que exploran la posibilidad de desarrollar la telequinesis en personas comunes. También se menciona la idea de que los seres humanos solo utilizan una fracción de su capacidad cerebral y que podrían ser capaces de lograr mucho más si aprovecharan su potencial al máximo.