En Bolivia se han recogido más de 400 cuerpos en cinco días
La policía boliviana informó que en un lapso de cinco días recolectó 420 cuerpos que se consideran sospechosos de haber contraído COVID-19
Redacción
Entre el 15 y 20 de julio, el personal de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) realizó el levantamiento legal en calles, vehículos y viviendas, dijo el director nacional de esa unidad policial, coronel Iván Rojas, a los medios locales. La recolección se llevó a cabo en la ciudad de La Paz, en el barrio donde están cerca los hospitales, seguido de Santa Cruz, explicó el oficial.
Entre tanto, del 1 de abril al 19 de julio, el Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF) hizo el levantamiento a nivel nacional de 3.016 cadáveres entre sospechosos y confirmados de ser portadores de COVID -19, siendo Santa Cruz el departamento con mayor cantidad de decesos, seguido de Cochabamba, explicó el director de esa dependencia, Andrés Flores.
El ministerio de Salud informó mediante un comunicado que tramitan la llegada de más pruebas y equipos para descongestionar los laboratorios y habilitará varias instalaciones ante la saturación de hospitales.
En tanto, el gobierno intervino la clínica Cubana, en el sur de La Paz, para habilitar la instalación para la atención del personal de salud que se contagie den la enfermedad. El ministro de Gobierno, Arturo Murillo, explicó que que la clínica fue administrada por médicos cubanos que llegaron durante el gobierno del expresidente Evo Morales. Tras la renuncia de Morales, Cuba retiró en noviembre a su personal en medio de discrepancias con el gobierno de la mandataria interina Jeanine Áñez.
Desde su exilio en Buenos Aires, Morales dijo mediante Twitter que “tomando medidas de seguridad varios países, con millones de habitantes, realizaron elecciones en plena pandemia. Los comicios son urgentes…”, acotó.
Bolivia busca resolver la crisis política que estalló en noviembre del año pasado cuando Morales renunció tras casi 14 años en el poder y después de unas elecciones empañadas por denuncias de fraude en las que buscaba un cuarto mandato. La violenta convulsión entre seguidores y adversarios del político provocaron 36 muertes.