Epigmenio González, el insurgente que apoyó a forjar la patria

José María Ignacio Juan Nepomuceno Aparicio Epigmenio, mejor conocido como Epigmenio González fue uno de los primeros insurgentes independentistas de la colonia española en México, el cual tuvo que vivir lejos de su país natal. 

En marzo de 1781, Epigmenio nace en el Querétaro que aún pertenecía a España, cuando las reformas borbónicas apretaban más el cinturón sobre las colonias hispanas y el saber leer y escribir no era posible para las personas. 

González fue dueño de una tienda de abarrotes ubicada en la plaza queretana de San Francisco y participó en tertulias literarias organizadas en la casa del corregidor, Miguel Domínguez, donde se comenzó a tratar el plan de independencia, que buscaba crear una junta de gobierno. 

En estas participaron la esposa del corregidor, Josefa Ortiz, Miguel Hidalgo y Costilla, Juan Aldama e Ignacio Allende. 

Durante este tiempo, Epigmenio y su hermano, Emeterio, simpatizaron y cooperaron con la causa insurgente fabricando y almacenando cartuchos en su domicilio. 

El 13 de septiembre de 1810, ambos fueron denunciados por Francisco Buera ante el cura Rafael de León, por lo que el 14 de septiembre, los hermanos González fueron aprehendidos y trasladados a la CDMX. 

A pesar de su encierro, Epigmenio siguió participando en la conspiración de Ferrer; una vez descubierto, se buscó que este revelara detalles respecto a la conspiración, sin embargo decidió guardar silencio. 

Después de pasar años en cárcel, Epigmenio fue trasladado a las islas Marianas para permanecer en el exilio.

A pesar de que en 1821, cuando se consumo la independencia de México, Epigmenio estaba dado por muerte, el permanecía en Filipinas; de hecho hay un callejón frente a la Plaza de Armas de Querétaro que llevaba su nombre desde 1827. 

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