Gregorio ‘Goyo’ Cárdenas: ‘el estrangulador de Tacuba y su ‘redención’

En la historia de México, han surgido relatos aterradores de asesinos en serie que han impactado a la sociedad. Entre los casos más impactantes, destaca el de Gregorio “Goyo” Cárdenas, conocido como “El Estrangulador de Tacuba”, quien cometió atroces crímenes en 1942.

Cárdenas asesinó a cuatro mujeres menores de edad, teniendo relaciones sexuales con ellas antes de estrangularlas y enterrarlas en su jardín. Su último acto criminal fue contra su novia, a quien violó después de muerta. Alfonso Quiroz Cuarón, el padre de la criminología mexicana, atribuyó la conducta homicida de Cárdenas a una encefalitis que destruyó tejido no reproducible en su sistema nervioso.

Pese a sus perturbadoras acciones, Cárdenas era considerado un estudiante destacado, trabajador ejemplar y un joven prodigio, aún cuando desde temprana edad mostraba tendencias violentas al torturar animales y padecía de enuresis. Tras ser internado en un hospital psiquiátrico por su madre, confesó sus crímenes y fue encarcelado en Lecumberri, donde sorprendentemente participó en clases de psiquiatría y recibió visitas familiares. En 1976, el presidente Luis Echeverría lo perdonó públicamente, presentándolo ante el Congreso como un ejemplo de rehabilitación.

Tras su liberación, Cárdenas estudió Derecho y se tituló con una tesis sobre la inimputabilidad por disminución mental. Murió a los 85 años en Los Ángeles, California, donde ejercía como abogado. Su caso sigue siendo un intrigante ejemplo en la historia mexicana, pues representa un raro fenómeno de rehabilitación tras un oscuro pasado de crímenes atroces.

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