La búsqueda interminable de inteligencia extraterrestre (SETI)
Tras la declaración del exfuncionario de inteligencia de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, David Grusch, las redes sociales se han inundado de las palabras “alíen” “extraterrestre” y “ovni”.
A pesar de esto, la búsqueda de inteligencia extraterrestre (SETI) ya estaba siendo buscada, la cual consiste en detectar indicios de tecnología avanzada no humana, la cual podría sido desarrollada por civilizaciones alienígenas.
La técnica más común para realizar este hallazgo es la búsqueda de señales de radio, el cual es un medio excelente para enviar información a través de las increíbles distancias que superan las estrellas.
Muchos proyectos SETI utilizan antenas de tipo parabólico gigantes para captar las señales de radio que puedan transmitir “hipotéticos” extraterrestres.
Los algoritmos desarrollados hace décadas para los primeros ordenadores pueden resultar anticuados e ineficaces cuando se aplican a conjuntos de datos modernos.
Sin embargo, todas las innovaciones tecnológicas en el campo de la búsqueda de inteligencia extraterrestre, permiten conocer el Cosmo a una escala cada vez mayor.
La Universidad de Toronto en Canadá, ha aplicado una técnica de aprendizaje profundo, a un conjunto de datos previamente estudiado de estrellas cercanas, con el cual ha descubierto ocho señales intrigantes.
En total, en nuevo sistema de inteligencia artificial ha examinado 150 TB de datos de 820 estrellas cercanas, en un conjunto de datos que previamente había sido examinado en 2017.
La inteligencia artificial puede revisar datos mucho más deprisa que un ser humano y encontrar indicios de señales artificiales extrahumanas que son demasiado sutiles para que un humano se percate de ellos directamente.
Estas cualidades de la inteligencia artificial van a ser cada vez más necesarias para analizar los datos obtenidos en los rastreos SETI, sobre todo si tenemos en cuenta que ya se trabaja en iniciativas que examinarán un millón de estrellas.
Las señales eran de banda estrecha, es decir, tenían una anchura espectral reducida, del orden de unos pocos hercios. Las señales causadas por fenómenos naturales tienden a ser de banda ancha.
Las señales aparecieron en observaciones orientadas a un punto concreto del firmamento y no en observaciones apartadas de dicho punto.