La Casa de Ecala, un juicio histórico en Querétaro

En el corazón de Querétaro, entre las elegantes construcciones que adornan la Plaza de Armas, se erige una casona que cuenta más que solo su historia arquitectónica. Construida en el siglo XVIII al más puro estilo barroco, esta majestuosa residencia fue testigo de un curioso conflicto entre vecinos que terminó en un juicio memorable.

En aquel entonces, la casa pertenecía a Don Tomás López de Ecala, un influyente regidor de la ciudad. Sin embargo, su construcción no estuvo exenta de controversias. Resulta que la fachada de la casona sobresalía unos centímetros más que las casas vecinas, lo que desencadenó la molestia de Don Domingo Hernández de Iglesias, propietario de una residencia contigua.

El disgusto de Don Domingo no se hizo esperar, considerando que el portal del regidor eclipsaba la dignidad de su propia casa. Ante la negativa de Don Tomás de modificar su fachada, Don Domingo amenazó con adelantar la suya, lo que desencadenó un litigio que involucró a las autoridades locales.

Para sorpresa de muchos, la justicia falló a favor de Don Tomás, permitiéndole conservar su imponente fachada. En señal de celebración, el regidor decidió levantar una aún más impresionante, adornada con una arquería en la planta baja y balcones de hierro forjado en el segundo piso, que emulan fina caligrafía.

Hoy en día, esta histórica casona alberga al DIF Estatal desde 1983, sirviendo como un símbolo de solidaridad y apoyo a las familias queretanas. Además, su diseño ha inspirado el logotipo oficial de la institución, que recoge la majestuosidad de los balcones que enmarcan a las águilas imperiales, recordándonos que la historia vive en cada rincón de nuestra ciudad.

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