La trágica historia de Enzo Ferrari

  • Alessandra Vázquez

El nombre de Enzo Ferrari, está ligado al éxito detrás sus lujosos coches y su formación de la escudería de la Fórmula 1, sin embargo detrás de todo esto, también se encuentra la ruina económica, trágicos accidentes y la pérdida de personas importantes.

La pasión de Enzo por los autos, comenzó cuando tenía 10 años, cuando su padre lo llevó a presenciar una carrera. A partir de ese momento, dedicó su vida al automovilismo.

Con la idea de que heredasen el negocio familiar, su padre hizo que tanto él como a su hermano Alfredino, estudiasen ingeniería mecánica. Tristemente estos planes tuvieron que aplazarse debido al estallido de la Primera Guerra Mundial; en esta misma, Enzo perdió a su padre y a su hermano mayor, quienes fallecieron debido a una epidemia de gripe.

Tiempo después, con la empresa a punto de quebrar, decidió invertir gran parte de su patrimonio para preparar los Alfa Romeo de la época de la competición y se convirtió en uno de los pilotos más competitivos.

En 1923, aún corriendo para Alfa Romeo, creó la Escudería Ferrari, la cual actualmente sigue estando dentro de la Fórmula 1. La alianza se rompió en 1939 y lo mantuvo fuera del mundo de la competición durante cuatro años.

Aparatado de la conducción desde el nacimiento de su hijo, se dedicó al diseño y fabricación de vehículos de competición. Sin embargo, detuvo el proyecto gracias a la Segunda Guerra Mundial.

La plata fue bombardeada en 1944 y Ferrari se vio obligado a trasladar las instalaciones a Maranello; allí construyó los primeros bólidos que dominaron el panorama automovilístico durante los años 40 y 50.

Aunque todo marchaba bien en ese momento, su hijo Dino, quien estaba destinado a ser su sucesor, falleció a los 25 años debido a una distrofia muscular. Ante esto, su esposa Laura, comenzó a padecer problemas mentales, los cuales separaron al matrimonio.

Para 1957, al menos 50 personas habían perdido la vida en accidentes que involucraban a un Ferrari, principalmente porque la escudería solo contrataba a pilotos que corrían al límite; esto hizo que el gobierno italiano iniciará una investigación en su contra.

Afectado por este cúmulo de desgracias, decidió retirarse de la vida pública y recluirse en su apartamento, donde se dedicó completamente al manejo de su escudería.

A pesar de haber revolucionado el mundo del automovilismo, jamás aceptó que lo definieran como triunfador; ya que en su conciencia tenía la pérdida de su mujer, la muerte de su hijo y los accidentes que sus pilotos habían tenido.

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