Mentiroso, ignorante y autoritario
TRAS LA VERDAD por Héctor Parra Rodríguez. Twitter: @HectorParraRgz
Dieciocho años en campaña de mentiras logró que sus seguidores, ahora fanáticos, dieran por ciertas las falsedades de Andrés Manuel López Obrador, a grado tal que las defienden sin razón alguna. Así llegó a la Presidencia de la República, después de traicionar a priistas y perredistas; todo su proyecto de gobierno al que llama nuevo régimen está sustentado en una montaña de mentiras que giran a su alrededor y mediáticamente las maneja magistralmente. Ahora utiliza el poder del Estado, para consolidar ese régimen de mentiras. No hay quien lo haga desistir, a pesar del incumplimiento a las promesas que no cumplirá. Todo lo contrario, evidencia la falsedad de sus promesas. Su infalible método es la repetición de las mismas mentiras, taladrar aquellos cerebros débiles e impreparados para manipularlos; los más inteligentes se unen a su cauda de mentiras para obtener los beneficios que les otorga el poder. Dijo Urzúa que este gobierno –López Obrador- “ha mostrado una frialdad como ninguno, ante los problemas que aquejan a México”. Castiga a la formalidad y no apoya a los empresarios, mientras la informalidad continúa a todo galope.
Así logró convencer a millones de incautos que confiaron en sus promesas y ahora los controla por medio de dádivas, un ejército que ha utilizado y seguirá utilizando para su causa, sabe y se aprovecha de las bondades del sistema democrático, político y jurídico, que antes consideraba funesto y corrupto. Ya en el poder, poco a poco mina ese sistema para consolidad su poder, no es su prioridad el progreso de México, su prioridad es aumentar sus facultades y prolongar su estancia en el poder. Por esa razón atenta contra todo lo que signifique competencia, aquello que le reste facultades legales, instancias que generen controles legales que le impidan su arbitraria, abusiva e ilegal actuación, esa es su prioridad.
Una vez más su amigo y ex secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, lo desnuda; Urzúa no es ningún conservador, ni medio de comunicación neoliberal, tampoco de sus antagonistas políticos; no, se trata de su amigo que colaboró con él cuando fue gobernador del Distrito Federal, después en el gabinete de la Presidencia de la República, al que renunció por vergüenza, dado que otros metían mano en asuntos de su competencia con total desconocimiento; así lo denunció. El doctor Urzúa, aliado de Andrés Manuel López, volvió a describir solo una pequeña parte del cómo es en realidad el presidente, manipulador y autoritario. Molesto López Obrador, con el resultado de la entrevista que realizó un reportero del diario El País, medio de comunicación al que había criticado de forma ácida, por señalar algunas de las arbitrariedades que comete a diario quien fuera por 2 ocasiones jefe de Urzúa. Entrevista que replicaron los medios de comunicación nacional, algo que incomodó sobremanera al grupo de “chavistas” mexicanos.
Carlos Urzúa,p no hace más que precisar y reiterar que el problema económico de México ya venía antes de la pandemia, pero se hundió con el Covid-19, cayó en una espiral, sentenciando que “no hay dinero en las arcas”. Califica a AMLO como político “setentero”, por lo tanto populista. A fin de cuentas, es un priista de los “setentas”. También calificó a la economía mexicana de muy neoliberal, somos una economía abierta y con el T-MEC, seguiremos igual. Asienta que López utiliza la palabra neoliberal como un insulto, para no decir malas palabras.
El ex secretario de Hacienda describe al presidente de la República de autoritario. Y lo ha demostrado en infinidad de ocasiones con sus actos absurdos como la cancelación de la obra del aeropuerto de Texcoco, enterró poco más de 100 mil millones de peso del erario; quitó empleos a miles de trabajadores y eliminó a muchos empresarios mexicanos. Esa acción negativa, ahuyentó las inversiones nacionales y extranjeras, generó la desconfianza. Hizo decrecer la inversión; en el año 2018 fue del 22.4% del PIB, para el 2019 bajó a 20.2%, significando miles de millones de pesos; cayó la inversión privada –por desconfianza- y la pública porque ya no tienen dinero, además, está cayendo la recaudación. Y, si se quiere crecer se debe llegar al menos al 25% del PIB. Sin embargo, el presidente vendió la idea de la existencia de un nido de corrupción en esa construcción, que nunca lo demostró y la ilusoria idea de la desaparición de un lago que ya no existía. Ahí nació la desconfianza del inversionista. Mentira, tras mentira, esa es la real política de López Obrador, quien utiliza un discurso “polarizante y maniqueo”, es algo que no entiendo, dijo Carlos Urzúa.
México es uno de los países de Latinoamérica que recauda menos, el dinero no alcanza; de ahí que se esté dando un enfrentamiento entre los gobernadores y el gobierno federal, por la lucha de los impuestos. 12 gobernadores formalmente pugnan por el cambio de reglas en lo referente a las participaciones federales –repartición del dinero que se recauda-. Los gobernadores formaron el primer grupo para ello este fin de semana. Sumado al gasto irresponsable del presidente de la República, éste se queda con la mayor parte para sus programas políticos, dejando huérfanos a estados y municipios. Por si ello no fuese suficiente, Amlo se está terminando todos los fondos de contingencia que le heredaron los gobiernos neoliberales, dinero que solo alcanzará para unos meses, dijo Urzúa, considerando que se esperan grandes problemas. También criticó la defensa irracional de Pemex y la CFE, en agravio de las energías limpias y la nula extracción de gas natural, en lugar de ello le apuesta a la extracción del petróleo. Al fin político “setentero”. Por eso el apoyo al perverso de Manuel Bartlett Díaz.
Terribles pero ciertas las palabras del Dr. Carlos Urzúa, cuando mencionó: “Creo que la situación va a ser más dramática de lo que la gente piensa. Creo que él se ha confundido”. Conclusión, considero que AMLO no está confundido, está en su ruta trazada, perjudicar a quien más tiene, en supuesto beneficio de quienes menos tienen, política polarizante; utilizar a los beneficiarios de sus programas “sociales”, para sumar votos y volver a ganar las elecciones del 2021, sin importarle en lo más mínimo, perjudicar a la mayoría. Con mentiras cotidianas, bien sabe López Obrador, cuál es el trazo de su ruta. Sin embargo, no todo está escrito, la decisión estará en manos de esa mayoría a la que hoy perjudica y descalifica; en la medida en que esa mayoría logre la unidad, el proyecto de Andrés Manuel, no crecerá. ¡Más de 60 millones de mexicanos no lo apoyaron!