Rosalía Lombardo, la momia más bella del mundo

En diciembre de 1918, la pequeña Rosalía Lombardo nació en Sicilia, quien desafortunadamente perdió la vida con tan solo 2 años de edad tras contraer una neumonía. Sus padres, Mario Lambardo y María Di Cara, habían contraído matrimonio meses después de su nacimiento y tras su muerte, estaban desolados. 

Por la situación, Mario Lombardo, pidió al más famoso embalsamador de la época, Alfredo Salafia, que hiciera lo posible por conservar el cuerpo de su hija. Para cumplir con la petición, Salafia hizo lo imposible, por lo que el cuerpo de la menor permaneció intacto después de su muerte, tanto que parecía que Rosalía se encontraba en un sueño profundo. 

El cuerpo de la menor fue llevado a las catacumbas de los capuchinos de Palermo, en donde estuvo en la sala de niños, siendo este uno de los últimos cuerpos admitidos en esta cripta. A pesar de que el cuerpo debía ser trasladado un tiempo después, estuvo visible en este lugar debido a que las visitas de sus familiares eran constantes. 

 Actualmente ya no es posible ver el cadáver de Rosalía, ya que fue retirado de la vista, pues empezaba a mostrar ligeros signos de descomposición. Durante un tiempo, comenzó a circular un rumor en que la pequeña abría los ojos, sin embargo se determinó que sus ojos nunca estuvieron totalmente cerrados.

Para mantener el cuerpo de la niña “vivo”, el embalsamador inyectaba un compuesto de ácido salicílico para matar los hongos, así como sales de zinc para que el exterior permaneciera rígido, alcohol para secar y formalina para las bacterias. Finalmente, aplicaba glicerina para evitar la sequedad excesiva. 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *