Argentina se hunde en una de sus peores crisis económicas
El COVID-19 se hizo presente a pocos meses de la llegada al poder de Alberto Fernández, un peronista de centro izquierda que prometió no soltarle la mano a sus compatriotas y poner a Argentina “de pie”
Redacción
Benítez, una paraguaya que vive en Argentina desde hace 16 años, obtiene el equivalente a 133 dólares al mes por trabajar en la parroquia local y dos terceras partes se van en pagar el alquiler de su precaria vivienda, en la que no hay mesa, sillas ni estufa.
Ella y sus seis hijos sufren una de las situaciones más acuciantes en sus vidas tras la irrupción de la pandemia del nuevo coronavirus, que ha puesto a Argentina frente a un enorme desafío económico y social.
Sin embargo, la promesa por parte de Alberto Fernández, presidente de la República de Argentina, de ayudar a los más necesitados se ve amenazada por la situación actual que, según varios analistas, apunta a hundir al país en una de las peores crisis, casi como la vivida en 2001, y lo dejará con escaso margen para que su gobierno atienda a quienes más lo necesitan, como Benítez.
Para alimentar a sus hijos, esta mujer depende de la comida que cada día le ofrecen en uno de los seis comedores que el sacerdote Juan Isasmendi abrió en la villa 1-11-14 para asistir a un número creciente de vecinos asfixiados por la crisis.
Desde que esos seis centros abrieron en la villa, luego de que el 20 de marzo comenzó la cuarentena, pasaron de servir 350 raciones diarias a 7.000.
Benítez dice que no recibe ninguna ayuda estatal porque carece de documento como residente, aunque sus hijos son argentinos, y a pesar de que ya inició los trámites para obtenerlos, todo se paralizó por la pandemia.
Algunos economistas han advertido que una vez que la cuarentena se levante, será difícil lograr un rebote de la economía y pronosticaron que salir de la crisis será más difícil que luego de la crisis de 2001.
El Banco Mundial prevé que la actividad se contraerá 7,3% este año, una de las peores recesiones junto a las de Brasil y México. Pero economistas privados calculan que la caída llegará a 9,5%.
- El presidente palpa la angustia social.
El mandatario afirmó que el Estado destinó 2,6% del Producto Interno Bruto a la atención de los sectores sociales afectados. Algunas de esas ayudas suponen 10.000 pesos (133 dólares) mensuales para trabajadores autónomos e informales.
Paradójicamente, el país que es uno de los mayores productores de alimentos, sufre además una creciente emergencia alimentaria.
Con el impacto de la pandemia, Fernández tuvo que profundizar la asistencia. Por ejemplo, en las un millón y medio de tarjetas ‘Alimentar’, el Ejecutivo depositaba al mes 7.600 millones de pesos, pero en abril decidió dar un apoyo extraordinario y subió la suma hasta un total de 15.200 millones de pesos para que la gente pudiera comprar más.
El presidente ya anunció que enviará al Congreso una iniciativa para la creación de un Consejo Económico y Social que instrumente políticas de largo plazo para reconstruir la economía.