AMLO seguirá mintiendo para ganar elecciones
TRAS LA VERDAD por Héctor Parra Rodríguez. @HectorParraRgz
Hay que reconocerle al Presidente de la República, la naturalidad con que miente a “su pueblo”, con el propósito de consolidar la confianza de sus seguidores, aquellos que no piensan ni razonan, simplemente lo respaldan y volverán a votar por el partido de López, sin importar que reconozcan la retahíla de mentiras que acostumbra a decir con el mayor cinismo. Millones están arrepentidos, López resultó peor que los malos. Sus seguidores, todo le consienten y le aprueban, sin importar que sean mentiras para ocultar la podredumbre, la corrupción de la 4T, bajo la pretendida justificación de, si aquellos lo hacían ¿Por qué no la nueva mafia del poder?
Las mentiras de López Obrador, no son al azar en sus conferencias o cuando improvisa; claro que no, sus falsedades tienen un plan, son bien articuladas, estructuradas, pensadas con la finalidad de denigrar, golpear, maltratar al enemigo político, al adversario que para él, es todo aquel que pretenda arrebatarle el poder, quienes lo critique, aquellos que desvele sus mentiras, así sea “el sabio pueblo” cansado de abusos, mentiras, corruptelas y torpezas en el pésimo ejercicio de la gobernanza. Es mitómano consciente de sus mentiras. Mientras tanto, deja de gobernar para hacer política de destrucción.
Andrés Manuel, escogió con meridiana claridad los objetivos de la manipulación de sus mentiras; no hay temas circunstanciales. La corrupción es su obsesión. Antes de tomar posesión una de sus banderas fue la destrucción del aeropuerto de Texcoco, sería un símbolo de grandeza de los gobiernos neoliberales, los estudios para su construcción llevaban muchos años; había que destruir la adelantada construcción del aeropuerto, sin importar la violación de contratos y el erario perdiera miles de millones de pesos que deberá pagar por muchos años. En su lugar construiría otro aeropuerto, supuestamente mucho más económico, aunque no vaya a servir para resolver los severos problemas que se tienen en el aeropuerto Benito Juárez, de la CDMX, al cual ya le inyectan dinero público para mejorarlo, significando que el de Santa Lucía, no dará resultado. Quedará para la historia esta enorme mentira. Vende todo lo que sea posible de aquella obra, con la finalidad de que no quede rastro.
Otro de sus fantasías, gran falacia, es el lujoso avión presidencial que ha vilipendiado por casi 2 años y no termina de criticar a sus oponentes, la opulencia con que se manejaban anteriores gobernantes. López Obrador, no tiene calidad moral alguna para representar a México, para él los mexicanos deben ser pobres, no aspirar a crecer económicamente, ser ejemplo mundial de sacrificio y pobreza, de tal manera que cualquier aspiración a la superación, dice López, es ostentación, es ofensivo lujo y hay que deshacerse de lo superfluo ¡La pobreza es virtud, la riqueza es vileza para el Presidente! Así que los mexicanos no tienen el derecho a estar bien representados a nivel internacional, una nave es ostentación; hay que lucir la pobreza del pobre pueblo, no la riqueza de ellos, los de la 4T. México era la séptima economía mundial, ha bajado a la onceava por las torpezas y tropiezos de López. Para el titular del Ejecutivo, es digno viajar en aviones privados, pagarles a los empresarios que tanto desprecia, el gobierno no tiene derecho a comprar una nave; eso es y se llama populismo al extremo. Prometió vender el avión presidencial y en 20 meses no lo ha podido ni rentar. Convirtió a la nave en uno de sus emblemas de crítica a la oposición. Ayer lunes escenificó otra obra mediática en su conferencia mañanera frente al avión recién llegado de los EUA, para mostrar, por enésima ocasión, el supuesto dispendio. Y los reporteros felices con el tema. Seguirá la distracción mediática, arreciará el incremento de las mentiras de Andrés Manuel López Obrador, quien desaforado hace campaña para ganar las próximas elecciones. Este es su mayor objetivo.
Ha manipulado cifras e inventado hechos. Mintió al decir que el avión estaba en el hangar de la empresa Boeing, para resguardo y venta; resulta que estuvo allá para mantenimiento, bajo el ardiente rayo solar, razón por la que volvió a casa, al hangar presidencial por el que no paga el gobierno; 20 meses de dispendio para darse cuenta que la nave se deterioró. Presidente ¿Quién incumplió el contrato? Si de eso se trata ¿Por qué no demanda o deja de pagar como lo hace en México, en agravio de los empresarios? En sus mañaneras aseguró en varias ocasiones que había comprador del avión y nada, no lo vendió. Luego inventó la rifa de la aeronave; fue el hazmerreír internacional. Terminó por promover la rifa virtual para obtener más dinero, mientras el avión se logra vende y obtiene más ingresos. Los boletos no se venden. Él compró y presumió el primer cachito del avión virtual. Manipulación para tontos. El colmo, el avión no es propiedad del gobierno federal, aún se debe y tienen que pagar, derivado del contrato firmado por 15 años de arrendamiento. Son tantas las mentiras que el cuento se cuenta por capítulos.
Ayer volvió a mentir. Es hábito. Aseguró, curiosamente a la llegada a México, que ya hay 2 posibles compradores. Uno entregó al gobierno en garantía un millón de dólares, más las “chácharas” que completarán en costo de la nave. Pretende doble negocio por la venta del avión y la venta de boletos de la Lotería Nacional. Inconcebible, el Presidente vendiendo boletos. Pero solo ha podido colocar el 25% de los boletos ¿Dónde están los 750 millones de pesos de la venta? Solo falta que pierdan dinero si no venden la totalidad de los boletos; boletos que ofrecieron y no pudieron vender en territorio norteamericano, fue su pretensión. Vendan o no la totalidad de los boletos, la Lotería Nacional, tiene la obligación de entregar 2 mil millones de pesos como premios, los mil millones restantes se lo queda el gobierno, excepción de que hagan trampa y, ante la falta de la venta de boletos, sean menos los ganadores y no entreguen los 100 premios de 20 millones cada uno. El mitómano es perverso.
El mitómano de López Obrador no se cansa. Ha mentido asegurando que el producto de la venta del avión y los boletos serán para la adquisición de insumos médicos ¡No hay insumos! Otras veces dijo que el dinero lo daría al Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, nada; que sería para beneficio del pueblo, nada; que usaría el dinero para el pago de sus viajes en aviones comerciales, otra mentira, ese gasto lo deduce del presupuesto de la Presidencia; que el dinero lo aplicaría para bajar el precio de los combustibles, terrible falacia. Al menos en cinco ocasiones ha dicho que el dinero del avión lo aplicaría para distintos fines, todo es mentira. Obtendrá dos entradas por la manipulación; dinero por la venta del avión, más dinero por la rifa ¿Cuál de los dineros aplicará a la compra de insumos? Nada cierto. Lo real, ha gastado muchos millones de pesos por el almacenamiento de la nave en los EUA, por el mantenimiento sin uso, por los traslados del avión; vamos, incluso para lavarlo. A cambio, no ha recibido un peso; por la perniciosa promoción de la venta ha tirado por la alcantarilla enorme cantidad de millones de pesos. Sin embargo, el marketing de la publicidad sigue vigente, sin importar la lluvia de mentiras sobre el avión.
El Manuel López persigue varios objetivos a la vez, haciendo uso y abuso del poder presidencial. Por el dichoso avión, distrae su responsabilidad y la atención de los mexicanos con asuntos triviales que deben ser resueltos por los responsables de los bienes propiedad del gobierno federal; el Presidente no es vendedor ni publicista. Su pretensión, hacer que los mexicanos se olviden de los serios, tremendos e irresponsables errores que ha cometió en el manejo de la pandemia costando la vida a 44 mil, 022 mexicanos y 395 mil infectados. El problema de la extrema violencia lo extirpa de los asuntos mediáticos, 53 mil asesinados en 18 meses. Del quiebre de la economía desde el año anterior, el PIB, abajo del 0%. Los medios han olvidado la refinería, el tren Maya, el aeropuerto, los créditos millonarios que ha solicitado López Obrador. Obviamente también utiliza su estrategia distractora para combatir desde la Presidencia a sus opositores, pretendiendo fortalecer a su partido, metido en severos problemas de mando y reparto de cuotas.
Andrés Manuel, no gobierna, desgobierna, sigue echando culpas al pasado de todas sus torpezas, oculta sus fracasos. López logra distraer a los medios de comunicación con su estrategia mediatizadora, solo surte y difunde la información que le conviene para que los comunicadores la distribuyan, tal es el caso de los viajes que realizaron en la administración pasada, el costo de los mismos y lo lujoso del avión.