54% de los trabajadores dice notar un aumento de productividad por home office.
Ha pasado un año desde que todo cambió por completo gracias a la pandemia por COVID-19, un virus que parece que llegó para quedarse por siempre, y por ello la vida se ha tenido que ir adaptando las maneras de relacionarnos, divertirnos e incluso las formas de trabajo.
El home office se vio como una solución temporal para que los trabajadores no salieran de sus casas y, a su vez, continuaran con sus actividades laborales; la tecnología permite realizar un sinfín de tareas, la necesidad de estar en oficinas físicas.
Según YouGov y LinkedIn, el 54% de los trabajadores dice notar un aumento de productividad, pues se incrementa su autonomía en cuanto a los flujos de trabajo, evitando, a la vez, gastos y pérdida de tiempo en traslados, comidas fuera de casa; estas ventajas influyen en un crecimiento de la satisfacción de los trabajadores, es decir que si el home office es implementado de una forma correcta, puede influir positivamente en los trabajadores.
Para las organizaciones, el home office se traduce en menos problemas entre empleados, mayor productividad, la eliminación del absentismo laboral, la reducción de costos de producción y el ahorro en el mantenimiento de infraestructuras innecesarias.
Gracias a todas las acciones realizadas por los trabajadores para transitar a este nuevo esquema de trabajo y de vida es que la productividad se logró mantener en un alto nivel. Los esfuerzos de muchas empresas se han visto reflejados en el estudio “La confianza en el lugar de trabajo moderno” del Workforce Institute de UKG que detectó que a nivel mundial el 52% de los empleados y líderes dicen que la confianza es mayor en su organización ahora que antes de la pandemia, en México crece hasta 56%.
Con información de Consejo de la comunicación y Workforce Institute