Queretanos culpan a foráneos de la inseguridad en el estado
De acuerdo con una investigación realizada en la Facultad de Derecho (FD) de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), los queretenos muestran una tendencia a culpar a los migrantes de otros estados de la República del desorden, caos y altos índices de criminalidad en la entidad.
La investigación realizada por la Dra. Mónica Eugenia Moreno Rubio, docente de la FD y Kevin Eduardo Uribe, estudiante de la Licenciatura en Criminología, resalta que el discurso de criminalizar a los foráneos por la inseguridad ha prevalecido a través de las publicaciones de historiadores locales y se ha reflejado en planes de gobierno, medios de comunicación y policías.
“Lo que se trató en esa tesis fue rastrear históricamente cuándo empezó esa ‘maña’ del nativo queretano y ubicar a los intelectuales de ese orden social; es decir, la forma de cómo se comporta y opera el nativo para decir ‘fue el foráneo’. Por lo que, se ubicaron a los intelectuales del orden social, los que reproducen esa idea de manera constante ese ‘temor a la otredad’, a lo extraño”, destacó la investigadora de la FD.
Derivado de esta investigación, Moreno Rubio actualmente indaga en los mecanismos sociales que conlleva a que este discurso se reproduzca entre el ciudadano de a pie: es decir, analiza si el discurso intelectual también ha permeado entre los habitantes de colonias populares del estado, bajo la investigación “Criminalidad y migración: el caso de Lomas de Casa Blanca, Querétaro”.
“Piensan que después del ‘85 cuando fue el terremoto en la Ciudad de México y se dio esta gran migración llegaron los chilangos y entonces todo cambió, entonces ya no puedo dejar mi maceta fuera de mi casa, ya no puedo dejar mis cosas o mi material porque pueden llegar los chilangos a robar. Cuando no tienen evidencia de eso. Nadie sabe si fueron los chilangos o los locales”, destacó.
Para esta investigación, el equipo de trabajo seleccionó las colonias: Lomas de Casa Blanca, Menchaca I, II y III, Felipe Carrillo Puerto y el pueblo de Jurica, ya que dichas demarcaciones fueron catalogadas con alta percepción de riesgo y amenaza por parte de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).