La triste historia de Mary Ann Bevan, considerada la mujer más fea del mundo
Nacida en Londres a finales del siglo XIX, el aspecto de Mary Ann Bevan era el de una mujer joven de la época e incluso había muchas personas que la consideraban atractiva.
Durante su infancia, Mary Ann llevó una vida normal al sureste de Londres. Unos años más tarde, en 1894 la joven se graduó de enfermera, posteriormente inició su vida con Thomas Bevan, con quien se casó en 1903.
Lamentablemente, su compañero de vida falleció repentinamente en 1914, dejando a Mary con escasos ingresos y con cuatros hijos por mantener. Esto se complicó cuando esta empezó a manifestar signos de acromegalia, un trastorno causado por la secreción excesiva de hormonas de crecimiento en la glándula pituitaria.
Bajo las limitaciones de medicina en ese siglo, Mary Ann no tenía forma de prevenir, ni tratar el padecimiento, que tiempo después comenzó a cambiar sus rasgos de una manera extrema.
Su nariz se hizo mucho más grande, sus manos y pies crecieron de manera disforme y su frente y mandíbula inferior se ensancharon hacia afuera, dejándola con un aspecto que le impedía conseguir trabajo y por ende, mantener a su familia.
En una ocasión, mientras Mary Ann conversaba con un granjero, este le sugirió entrar a un concurso, el cual otorgaba el premio de “La mujer poco agraciada”. Desesperada por conseguir un poco de dinero, decidió inscribirse y venció a 250 competidoras.
Su victoria atrajo a los dueños de espectáculos de feria, que le ofrecieron ofertas de trabajo; aún cuando su médico le advirtió que el padecimiento comenzaría agravarse, Mary Ann decidió comenzar a trabajar para poder brindarles una vida óptima a sus hijos.
La mujer trabajó hasta el día de su muerte en Coney Island, donde desfiló con Lionel, el hombre con cara de león, Zip, el cabeza de alfiler y Jean Carroll, la dama tatuada. A pesar de que este trabajo la mantuvo capitalizada durante mucho tiempo, se sometió a varias humillaciones y fue considerada un espectáculo más de feria.