La Voz del Poder

La pere de Bienestar. Lo que comenzó como una marcha “ciudadana” (nunca lo fue), terminó siendo una peregrinación de servidores de la nación. La nada famosa Marcha Por el Agua, orquestada por el tristemente célebre Gilberto Herrera, está a punto de llegar a la capital para exigir agua potable para la localidad. Y hasta ahora lo único que ha resaltado en esa movilización son dos cosas: directores regionales de Bienestar y servidores de la nación, todos perfectamente localizables en el portal de transparencia, y por otra parte, los escasos 180 marchantes (¡ah! y uno que otro militante de Morena). Y el que dijo que los iba a acompañar va y viene diariamente en su camioneta, es decir, camina unos 4 kilómetros, se toma foto, hace videito que le edita su muchachón cazabaches, y tan tan.

El mago senador todavía les dijo a los habitantes de Maconí que no se regresarían con las manos vacías. Vaya descaro del sofista. Nomás cosa de mencionar que un día antes de la supuesta “represión” que tanto canta el exrector, había mesas de diálogo con representantes de Maconí y un documento avalado por la autoridad, mismo que ya contaba incluso con una bolsa de varios millones de pesos para inyectar a partir de ya. ¿Quién o quiénes echaron por la borda esos acuerdos? Hay nombre y apellido. En rueda de prensa en el senado, le preguntaron a Herrera cuál era su aportación para resolver el tema del agua en Querétaro, a lo que dignamente (o sea, se ‘molestó’ con el cuestionamiento) respondió que era responsabilidad del municipio y del estado, es decir, ¡NADA!

El asunto es bien clarito: más allá de su hilarante discurso, su mirilla está puesta en otro foco, que no es más que retener su senaduría, o bien, consolidar su plataforma para el siguiente año. A saber: un asunto mera y estrictamente político. Y luego dice que otros solo piensan en negocio, cuándo es bien fácil dilucidar que él solo piensa en el poder. ¿Alguien se acuerda del celular universitario o del camión que iba a funcionar con hidrógeno, proyectos de la UAQ en tiempos de Herrera? Exacto, puros espejitos.

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