Los colegios de doncellas en Querétaro

La Ciudad de Querétaro tuvo a lo largo de su historia dos colegios de doncellas, se trata del templo de Santa Rosa de Viterbo y del Templo de Teresitas, los cuales nacieron con medio siglo de diferencia, pero con un mismo fin “el deseo de perfección cristiana que tenían las mujeres del pueblo y la conciencia de la necesidad de ayuda mutua entre sus congéneres”, según cita el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), del estado.

Real Colegio Santa Rosa de Viterbo

El Real Colegio de Santa Rosa de Viterbo comenzó operaciones en 1727, luego de que el rey Felipe V de España reconociera el monasterio por petición del Virrey don Juan de Acuña, quien había adquirido el terreno para su familia en el año de 1640.

Nació a raíz de que las hijas del matrimonio de doña Antonia y Juan Alonso de Acuña: Francisca de los Ángeles, Gertrudis de Jesús María y Clara de la Asunción, decidieron iniciar su vida de religiosas, por lo que edificaron sus celdas en el huerto y tomaron el hábito de la Tercera Orden de San Francisco teniendo como director espiritual a fray Francisco Frutos. 

Inmediatamente, los benefactores comenzaron la construcción del templo y convento bajo la dirección del arquitecto don Ignacio Mariano de las Casas y con la ayuda del artesano Francisco Martínez Gudiño, culminando en 1749 la construcción de la iglesia. 

En 1861 las Leyes de Reforma causan la exclaustración de las religiosas en dos ocasiones y posteriormente, el lugar se convirtió en hospital, escuela secundaria, Escuela de artes gráficas para finalmente convertirse en el Centro de las Artes de Querétaro, que alberga también a la Secretaría de Cultura del Estado.

El templo de Teresitas en Querétaro

La noticia del nuevo convento se celebró en Querétaro el 22 de octubre de 1802 con repiques de campanas y el 22 de abril de 1803 llegaron a Querétaro las monjas fundadoras de “Teresitas”, conformado por la marquesa de Selvanevada, entonces llamada sor Antonia De Los Dolores, Sor María Josefa de Santa Teresa, la marquesa las carmelitas, Sor María Bárbara de la Concepción, Sor María Ignacia de San Elías, María Eufrosina de San Juan Bautista y Sor María Clara de San Eliseo.

Fue el 25 de junio de 1802 cuando se expidió la cédula real para la fundación de dicho convento, iniciándose provisionalmente en una casa rentada en la calle de Posadas, junto al Mesón de San Antonio. No fue sino hasta el 21 de junio de 1803, cuando se colocó la primera piedra del convento definitivo con asistencia del Arzobispo de México, Francisco Xavier de Lizana.

El convento funcionó solo durante 54 años y después de la exclaustración siguió el fin de todas las obras religiosas en México.

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