Algunas bromas básicas para este Día de los Inocentes.

28 de diciembre, Día de los Santos Inocentes y cada año, los bromistas ‘profesionales’ sacan toda artillería para atacar a las víctimas con las mejores inocentadas. Algunas clásicas, otras más elaboradas y otras, un tanto pesadas, El 28 de diciembre es la jornada perfecta para gastar una broma con humor, muy necesario en una temporada tan complicada como la que se vive por el Covid-19. 

Si no se te ocurre ninguna broma que gastar, aquí te proponemos algunas muy clásicas y sencillas para sorprender a amigos y familiares en el único día en el que (casi) todo vale.

1. Pegar un monigote de papel en la espalda

El clásico de los clásicos. Pegar algo en la espalda de alguien es una de las bromas más recurridas. Una nota escrita o cualquier figura son algunas opciones, pero este día tiene especial sentido colocar el muñeco blanco, que se ha convertido ya en símbolo de los Santos Inocentes. La víctima caminará todo el día con el monigote pegado a la espalda sin darse cuenta, hasta que se caiga o alguien se lo diga.

2. Dar un susto

Sencillo pero eficaz si nos escondemos bien. No hay nada mejor que ocultarse tras una puerta, debajo de la cama o de la mesa, tras un pilar o una esquina, apagar todas las luces de la casa… cualquier rincón es útil si se alcanza el objetivo deseado.

3. Cambiar el azúcar por la sal

Todo un clásico en el mundo de las bromas, pero tiene garantizado el éxito. Se trata de cambiar los recipientes de la sal y del azúcar, dos productos que se usan a diario y fácilmente confundibles.

4. Cambiar la hora del reloj

Aprovecha un momento de descuido de la víctima para coger su reloj y cambiarle las horas. Puedes adelantarlo y que el inocente llegue más pronto que nadie a los lugares concertados y que duerma menos tiempo o retrasarlo y ser el responsable de que llegue tarde a su destino. Tú decides.

5. Palillo en el timbre

Una broma que nunca pasa de moda. Quién no ha recorrido las calles llamando al timbre o al telefonillo para después esconderse rápidamente y ver la reacción de la víctima. Basta con colocar un palillo en el interruptor del timbre para sacar de quicio a cualquiera. El eterno riiiiiing o ding-dong volverá loco a cualquier inquilino.

6. Puertas atadas

Ata con una cuerda el pomo de una puerta al de otra que se encuentre justo enfrente y asegúrate de que esté bien tensa. Así, ninguna persona que se encuentre detrás podrá abrir alguna de estas puertas.

7. Crema en la toalla

Una broma un tanto pesada. Las toallas son elementos de uso diario. Por eso, nadie sospechará que has echado crema en ellas cuando vayan a secarse las manos o la cara.

8. La moneda

Es como el timo del tocomocho. No por muy conocido la gente deja de caer. Pega una moneda al suelo del pasillo de tu casa. Seguro que quien pase tratará de recogerla sin conseguirlo.

9. Cojín de pedos

Otro gran clásico y de venta por poco dinero en cualquier tienda de chucherías o juguetes. Nunca pasa de moda. El clásico cojín que hace ese desagradable ruido al sentarse en la silla en la que ha sido colocado.

10. Artículos de broma

Algunos aún se venden: bombas fétidas, azúcar mosca, cigarrillos explosivos, polvos de estornudar, chicles de ajo. 

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